Stephanie Cayo es una de esas actrices cuyo rostro soslaya toda duda: que si es demasiado niña linda o demasiado villana; derriba esos lugares comunes que afirman que la belleza y la inteligencia... ya sabe usted.
Es la más pequeña de una dinastía de hermanas artistas (Fiorella y Barbara Cayo) con amplia experiencia en su tierra natal, Perú y en Colombia.
Es la más pequeña de una dinastía de hermanas artistas (Fiorella y Barbara Cayo) con amplia experiencia en su tierra natal, Perú y en Colombia.
Inició en la artisteada a edad muy temprana, era una niña de hecho y desde aquel comercial de mantequilla no ha parado de chambear.
Si uno teclea su nombre en la barra de búsqueda de la comunidad Facebook saltan seis perfiles... y el que más amigos tiene, cuenta casi dos mil afiliados y de allí para abajo.
Es una celebridad en Perú, Colombia y esa zona periférica del sur del continente americano.
Sin embargo, en el vasto mar de internet, no aparecen muchos sites que le dediquen... apenas 64 mil 300 páginas en español donde al menos se le mencione. Entonces se deduce, sí es famosa, pero aún le faltan territorios por conquistar.
Hija de padre conservador y madre liberal, es la menor de cuatro hermanas. De carácter fuerte... desde chiquita, ha dicho: “Hacía respetar mis ideas”.
Vive en la ciudad de Bogotá, Colombia, la cual adoptó como su segunda tierra por cuestiones laborales.
Acostumbrada a los extraños caminos del mundo del espectáculo, de pronto salen al paso rumores que afirman que anda con uno u otro muchacho... o adulto que le dobla la edad, como cuando la relacionaron con el productor de Retomando, su primer álbum, el reconocido José Gaviria, quien ya antes ha trabajado con David Bisbal y Fonsi.
También se le ha relacionado con el actor Juan Alfonso El Gato Baptista, su coprotagonista en la telenovela La marca del deseo, y con el director Brett Ratner (X Men).
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